martes, 16 de diciembre de 2008

La información y ....



Si somos conscientes que los verdaderos logros del pasado son el fruto del esfuerzo conjunto, nos aguarda un futuro de grandeza.
Vivamos estas Fiestas unidos, en paz y con la esperanza de un porvenir que recompensará nuestro esfuerzo.”
Estuve dando un paseo por nuestro blogs y coincido con mis compañeras en lo que significan las redes, la tecnología,..., etc. Decía en la primer consigna de trabajo del seminario TIC y Enseñanza, acerca de nuestro contacto con la tecnología, que no dejo de sorprenderme y maravillarme con cada avance y con cada contacto. Demás esta decir, que lo que me aportó esta materia fue muchísimo, así como fue alto el stress al tratar de cumplir con todo y sentir que no lo lograba. El saldo es altamente positivo, porque ahora sé que existe un nuevo mundo en la red. Muchas cosas sabía que existían, pero nunca me había acercado. Este seminario me empujó a ese abismo y me gustó el desafío. Elaborar el blogs, el álbum, conocer páginas inimaginables y hasta mirar por primera vez el fotolog de mi hijo. Contar a mis amigas de Corrientes, familia… que pueden ver nuestras fotos, leer mis comentarios y dejar los suyos. Me entusiasmó!!!…claro, tuve deseos de hacer mucho más, de compartir mucho más, no pudimos, por el tiempo…pero nos sembró una semilla y la plantita va a crecer. Les paso un mensaje que un disertante dijo en un curso: "Un señor dejó de herencia un metro cuadrado de tierra y expresó, si les parece poco, comiencen a cavar" Esto es lo que voy a hacer, empezar a explorar y caminar por todo lo que este seminario me ha mostrado.
Del mismo modo que me maravilla todo este universo, me abruma y siento que es demasiado…como no estoy sola en esto, y me quiero poner académica, les dejo un texto que me parece interesante. Lo transmito a mis alumnos de Sistemas de Información. GÓMEZ VIEITES, Álvaro y Carlos SUÁREZ REY. 2004, en Sistemas de información: Herramientas prácticas para la gestión empresarial, México: Alfaomega, pp. 131 a 136, expresan:
“Trataremos de analizar el papel de la información y el conocimiento en las organizaciones y de cómo ésta pasa a convertirse en uno de sus principales activos, hasta el punto de que su competitividad en un entorno tan cambiante y exigente como el actual depende en gran medida de su capacidad para gestionar y utilizar esa información.
A través de una adecuada gestión de la información y del conocimiento corporativo, se facilita la innovación y el desarrollo de nuevos productos y servicios, se puede mejorar el servicio a los clientes y se prepara a la organización para procesos de toma de decisiones descentralizados, que permitan responder con mayor agilidad a las exigencias del mercado y de los clientes.
No obstante, debemos tener en cuenta que la información por sí misma no tiene ningún valor. Se trata de un bien intangible que no presenta un valor intrínseco, per se. Esta característica de la información provoca que frecuentemente las organizaciones no valoren todo el potencial de este recurso, algo que puede ocurrir también con otros activos intangibles dentro de la empresa.
Realmente, el valor de la información radica en el uso que la organización y las personas hagan de ella, en la capacidad para procesar y rentabilizar toda esa información, en la disposición de la empresa para transformar esa información en conocimiento y aplicarla al desarrollo de nuevos productos y servicios.
Así, podemos afirmar que existen una serie de organizaciones que podríamos calificar de “Organizaciones Inteligentes” (Learning Organization, expresión acuñada por Peter Senge en su libro La quinta disciplina), puesto que han sabido definir un proceso para la captura sistemática de información de su entorno y para su utilización eficaz, aplicándola a la innovación y la adaptación a los cambios.
Como ya se ha dicho, en la Nueva Economía Digital la información se convierte en el principal recurso de las organizaciones. Por este motivo, es necesario desarrollar las técnicas, preparar a las personas (tanto en lo que se refiere a su formación como a su motivación) y realizar los cambios organizativos (estructuras más planas) que permitan que la información se capture, se almacene y se utilice eficazmente en el seno de la organización.
Todo ello con el objetivo de lograr convertir a nuestra organización en una “Organización Inteligente”, que sea capaz de capturar toda la información relevante de su entorno y que pueda disponer de ella para la toma de decisiones con un mayor nivel de conocimiento y, por tanto, con un menor componente de riesgo.
Tal y como afirmaba Sir Francis Bacon (1561-1626), “El conocimiento es poder por sí mismo” (Nam et ipsa scientia potestas est) y en la Sociedad del Conocimiento su importancia se acrecienta hasta el punto de convertirse en la principal fuente de riqueza, relegando a un segundo término a los tradicionales recursos productivos: tierra, capital y fuerza de trabajo.
Con frecuencia se ha sobrevalorado el papel de las Tecnologías de la Información en las organizaciones, presentándolas como la respuesta completa a todas las necesidades de información de una organización y, en cambio, se ha prestado poca atención a la información en sí misma.
Este enfoque hacia la tecnología en detrimento de la propia información puede ser una de las causas que expliquen el escaso rendimiento obtenido de las inversiones en Tecnologías de la Información.
Por tanto, conviene distinguir entre el objeto manipulado (información) de la herramienta que permite manipularlo (Tecnologías de la Información) y se hace imprescindible realizar cambios y mejorar la gestión de la información, prestando especial atención a aspectos como los siguientes: cómo se captura, se procesa, se almacena y se distribuye la información en el seno de la organización; qué unidades de la organización la utilizan y de qué forma; cuáles son los responsables de su manipulación; cuál es la calidad, relevancia y oportunidad de la información; etc.
Cantidades inmensas de información en múltiples formatos y soportes (palabras, imágenes, voces, datos informáticos...) entran y salen todos los días de la organización y en la mayoría de los casos no existe un responsable de evaluar su impacto, su valor o su coste.
Además, hay que tener en cuenta que en la actualidad un alto porcentaje de la información de la organización (sobre todo si se trata de información no estructurada) no es manipulado mediante las Tecnologías de la Información.
En los últimos años se ha propuesto el término de “Infonomía” para referirse a todas las actividades y procesos relacionados con la gestión de la información en las organizaciones. Según el profesor Alfons Cornellá, uno de los mayores expertos en esta nueva disciplina, podríamos utilizar el término “Infonomía” para reflejar lo que hace un gestor de información (“infonomista” o “infogestor”).
Nadie mejor que el propio Cornellá para darnos una brillante aproximación a la definición de Infonomía: “El término economía se dice que procede del griego oikonomos (oikos = “casa”, nomos = “gestión”): la economía se derivaría, por tanto, de la idea de la administración recta y prudente de los bienes (de la casa), como dice el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Pues bien, si eco-nomía es la gestión de los bienes, ¿no resultaría adecuado llamar info-nomía a la gestión de la información?. ¿Y no seríamos todos los que nos dedicamos, desde perspectivas muy diferentes, a la gestión de la información, infonomistas?” (Extranet, noviembre de 1997).
Hablar de Infonomía es, sin duda, hablar de una disciplina emergente que aglutina a profesionales de distintas procedencias: economistas, informáticos, bibliotecarios, psicólogos, ingenieros de telecomunicación, etc. A pesar de la novedad terminológica, el concepto hace referencia a una necesidad que en absoluto es nueva.
En muchos puestos de trabajo los profesionales están obligados, en cierta medida, con mayor o menor disponibilidad de medios, a gestionar la información que reciben de su organización y de su entorno, realizando esta tarea de una forma inconsciente y sin un método organizado.
Debido al espectacular crecimiento de Internet y los servicios telemáticos, así como al desarrollo de las tecnologías de la información, el problema está pivotando desde la escasez (dificultad para acceder a una determinada información) a la capacidad de gestionar dicha información (capacidad para capturar, procesar, administrar y utilizar este recurso), sobre todo porque cada vez resulta más abundante y más accesible la información, provocando incluso situaciones de auténtico “estrés informacional”.
De hecho, algunos autores hablan ya de la “infoxicación”, refiriéndose a la situación que se produce cuando la capacidad de asimilación de información de las personas se ve desbordada por la cantidad de información disponible en relación con un determinado tema, con los problemas que ello puede ocasionar: estrés y ansiedad, incapacidad para tomar decisiones, atención limitada a las fuentes de información más interesantes, etc.
Podemos, por lo tanto, afirmar que hoy en día la información ya no es un recurso escaso, sino, más bien, todo lo contrario. Los trabajadores del conocimiento reciben mucha más información de la que son capaces de asimilar, hasta el punto de que el verdadero recurso escaso es su tiempo disponible, la atención que pueden dedicar a analizar una información o resolver un determinado problema.
Por este motivo, en algunos medios se habla de la “Economía de la Atención” como otro de los rasgos distintivos de la Economía Digital, puesto que conseguir atraer la atención de las personas, ya sean éstos proveedores, empleados o clientes de una organización, se convierte en una tarea difícil en las circunstancias actuales de exceso de información, que además se ve agravada año tras año con el imparable crecimiento de Internet.
En palabras del Premio Nobel de Economía, Herbert Simon, a wealth of information creates a poverty of attention (“una riqueza de información genera una pobreza de atención”)…
…Por otra parte, se hace necesario profundizar en las técnicas de representación y sumarización de la información, que persiguen facilitar su análisis y comprensión en aquellas situaciones en las que las personas tienen acceso a enormes cantidades de información y que, en ocasiones, puede llegar a resultar excesiva.
Tampoco debemos descuidar aspectos motivacionales y organizativos que permitan desarrollar una “cultura de la información” dentro de la organización, que contribuya a que las distintas personas que la integran se involucren en el sistema y participen en el proceso de captura, análisis, distribución y utilización de la información.
Se trata, en definitiva, de que entre los valores asumidos por la organización se incluya la idea de gestionar adecuadamente un recurso tremendamente valioso hoy en día como es la información.”

3 comentarios:

Diana dijo...

WWWAWWW, que se nos copó la cumpa!!!

ana dijo...

Si, se copó y se mandó una excelente reflexión la cual la comparto totalmente.
Aparte quiero agregar que gracias a este seminario tuve la oportunidad de trabajar con un grupo excelente con quienes aprendí un montón.
Fueron parte de esta exploración, de información y conocimientos, de ensayos y errores que se fueron modificando para llegar a lograr el objetivo que nos habíamos propuesto.
Gracias, "chicas", por permitirme compartir con Uds. esta experiencia maravillosa.

Marta dijo...

Una que yo sé parece que se está preparando para dictar un seminario...
Cuando pone primera no la para ni Burbules...
(A propósito... ¿alguien quiere unirse al Club de Fans de Burbules?).